Llamo a tu puerta en el silencio inmune
de la melancolía sin excusas,
nada portan mis manos
vacías de ilusiones:
tan solo a mí,
ofrenda de cariño
si es que soy suficiente.
Mis versos son escasos de palabras
y la osadía es mi compañera
cuando decido componerte en forma
de caricia.
Intuyo que la espera se alargó
demasiado en el tiempo
y el corazón se oprime por la ausencia
de esa voz que me nombra sin designio.
Y en el amanecer, cuando te busco
siempre me encuentro.
de la melancolía sin excusas,
nada portan mis manos
vacías de ilusiones:
tan solo a mí,
ofrenda de cariño
si es que soy suficiente.
Mis versos son escasos de palabras
y la osadía es mi compañera
cuando decido componerte en forma
de caricia.
Intuyo que la espera se alargó
demasiado en el tiempo
y el corazón se oprime por la ausencia
de esa voz que me nombra sin designio.
Y en el amanecer, cuando te busco
siempre me encuentro.
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