Es llegar al poema desde el impulso del dolor
que brota más allá de la palabra y se estrella en la piel
desmembrada e incrédula en su yo más profundo.
Padecer esta guerra sin nombre que me asola
Padecer esta guerra sin nombre que me asola
desde el remordimiento que transita mi voz
y me exige justicia.
Dejar partir lo inevitable mirándolo de frente,
Dejar partir lo inevitable mirándolo de frente,
una vez más sin miedo a ser lo que deseo
desde mis pérdidas .
Perdonar las paupérrimas versiones
Perdonar las paupérrimas versiones
que asoman por instantes
doblegando mi alegría en pedazos.
Adicta a mis adentros,
Adicta a mis adentros,
peregrino buscando certidumbres
que iluminen tanto camino inhóspito
como queda aún por recorrer.
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