martes, 21 de octubre de 2025

Vuelvo a bailar.

 




Los finales siempre son nuevos comienzos. Me costó entenderlo cuando estaba metida de lleno en el proceso de ruptura y adaptación a mí nuevo estado.

Confieso que todo este tiempo me he resistido a marcharme del lugar en el que un día fuimos nosotros. Me ha costado aceptar que, finalmente, no pudo ser después de haberlo intentado tantas veces, tantas, que llegamos a  rompernos por dentro. 


Duele, duele primero tu ausencia y más tarde la noticia de que encontraste un nuevo amor y que este camina contigo desde hace tiempo. Un duro golpe de realidad que tuve que encajar. Entender que  a pesar de lo mucho que me quisiste, yo ya había dejado de ocupar el lugar que durante mucho tiempo me perteneció en tu corazón.


Y  así, sin darme cuenta, te he buscado en otros ojos, en otra sonrisas, he esperado que ellos fueran tú, perdiéndome la oportunidad de descubrir nuevas experiencias. Es solo ahora cuando he comprendido que me equivoqué. El universo siempre conspira a nuestro favor y actúa solo cuando el momento nos es propicio. 


Ahora tengo la certeza de  que  otros ojos vendrán y que aunque no reconoceré los tuyos  en estos,  me mirarán igualmente de manera extraordinaria, intuyo  que habrá también  besos y palabras de amor por estrenar.


Por eso, con paciencia y calma, me reconstruyo cada día para volver a ser. Recupero las ganas de bailarle a la vida y no quiero perderme más oportunidades de conocer a gente maravillosa. A algunas de ellas les pido perdón por mi dureza, por no permitirles siquiera cruzar el umbral de mi torre, hasta ahora inexpugnable. 









lunes, 13 de octubre de 2025

Lo que no seremos, el final por el que debo comenzar.

 



Nueve meses sin vernos y llegaste tarde, (como siempre) Tontamente imaginé que ese día llegarías puntual, de haberlo hecho, no habrías sido tú…


Siempre decías ante mis quejas reclamando más atención por tu parte, que en cada faceta de tu vida tu entrega era máxima. Cuando estabas conmigo, era solo yo, si estabas trabajando, era solo trabajo, así en todas las áreas de tus relaciones tanto personales como profesionales. Una entrega absoluta en cada cosa que haces.


Con el tiempo, se me ocurre pensar si he conocido realmente al hombre que eres. Hemos compartido almas, abrazos e historias, pero si te pienso, no sé si alguna vez fuiste realmente feliz o te faltó algo conmigo. Llegué a tu vida con tanta herida, que solo me dediqué a disfrutar de ti, de tu cariño y protección. Fuiste una morada de alegría con tanto dolor como llevaba conmigo.

Sé también, que si algo has tenido claro, es no renunciar jamás a ser algo diferente a lo que eres y has querido ser. Por un lado, esto me parece admirable, por otro, me ha costado entender que por encima de nuestro proyecto de vida en común, estuviera el tuyo propio. Probablemente esto es lo que todos deberíamos hacer, quizás por eso yo también me alejé de ti; porque tenía que seguir mi propio camino y estar al lado tuyo, me impedía seguir creciendo de la forma en que lo necesitaba.


 Mi enfermedad no vino a solucionar los problemas que ya venían transitando en la relación, al contrario, esta nos colocó en diferentes momentos vitales y a pesar de amarte tanto, dejé de ser feliz.


Perdí a mi madre y al mes de su fallecimiento dejé nuestra relación. No pensé que iba a ser tan duro, pero lo fue, más aún de lo imaginable. Llevo dos años y unos meses sola, no he sentido ganas de volver a tener pareja en todo este tiempo, (ya lo hice en su momento para olvidarte y no funcionó) pero jamás me he sentido tan fuerte, ni tan plena, sin la necesidad de tener a alguien a mi lado, como en esta etapa de mi vida.

Ahora, frente a un amanecer, con mi perro como fiel compañero, respiro profundo  y con la absoluta convicción de no haber nada más hermoso. He descubierto al fin,  que en las cosas más sencillas, es donde habita la dicha  que tanto anhelamos.

Mi cerebro comienza a creer que la paz y la calma existen, y este se lo dicta a mi cuerpo. Le dice que ya no hay ningún peligro inminente y que está a salvo, de cualquier forma y manera, está a salvo...

Si, ya no estás a mi lado, y probablemente nunca lo volverás a estar. Pero la vida sigue siendo un lugar maravilloso para amar en todas sus formas. Sigue habiendo emociones en color para descubrir.