Tan poco para darte que no alcanzo
ni siquiera a escribirte de los sueños
que vagan por mi noche como dueños
repletos de ilusiones que esperanzo.
A veces me limito a ser entrega
que sugiere caricias con retorno
y esparzo las sonrisas al entorno
ocultando a mi piel que se doblega.
Empeño tras empeño te imagino
y pido se rebele la emoción
de un suspiro callado en mi camino.
Las oraciones cumplen su misión
y el pulso se detiene repentino
al saberme escogida en tu elección.
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