Ya no me queda nada para darte,
se quedaron vacíos mis rincones
de contigo y con nosotros.
Armisticios de quita y pon
cansados de fracasos.
Contigo y desde ti nada me impulsa
sino la soledad de la derrota
y de tanto camino como anduve al revés.
Intento aterrizar en mis paisajes,
me enredo y me investigo
en lágrimas acérrimas
que ya no sé si son de incertidumbres
o de una buena actriz por descubrir.
Ya ves, he malgastado
mis ganas de quererte
como un árbol desnudo de esperanzas
ya no siento ni frío ni calor.
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