No sé cómo me atrevo a escribir,
si carezco de magia para ver lo invisible,
si mi voz sólo sabe revelarse
vestida de tragedia melancólica.
Cómo me atrevo entre vosotros,
si, aún, no sé volar entre mis versos.
Sí, es cierto que no me reconozco
en poemas escritos del pasado,
que ya no admito daños indelebles,
para siempre en mis mapas.
He cerrado la puerta a una historia
donde solo cabía el desamor
y un ansia inacabable por vivir
desde la libertad.
Ahora, ya no anhelo presentes mitológicos
ni padezco tristezas infinitas,
porque no lo per-mi-to.
Ahora, he aprendido a perdonarme
y el espejo me habla con amor,
desde un poso de paz y sin nostalgias.
Mis guerras han perdido su argumento.
Solo, sigo intentando
amar a la mujer que fui entonces,
para llegar a ser la que sólo yo intuyo.
Deseadme fortuna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario