viernes, 20 de noviembre de 2015

Libertad.















Ella cree que algún  día  será  valiente, e incluso  visualiza  por instantes el momento posterior en que decidirá tomar las riendas de su propia vida caminando a solas sin necesidad de sujeción.

Si piensa de esta forma, es porque nunca supo de  esa sensación y  la anhela en secreto, sin embargo; un hilo invisible  la sujeta con firmeza a una realidad palpable, la suya.

Él, que la intuye, se resguarda bajo la soledad de su boca divisando una tormenta, que, como otras veces, no se explica porqué llegó sin previo aviso.

No hay peor ciego que el que no quiere ver ¿No observa  que  sus ojos  ya no son espejos donde ella pueda mirar con pasión? ¿No palpa el desencanto de  esa voz rasgada que hiere sin motivos? 

El silencio la carcome por dentro ante un desamor que se le ha declarado  omnipotente y vitalicio.











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