Dedicado a Vicente Antón Vives un gran poeta y amigo.
Solo tú me distingues cercana en la distancia,
y hallas en mis silencios el clamor y la penaque imprimen los latidos de un corazón que drena
pasados fragmentarios cubiertos de ignorancia.
Desde lejos, observas los grises de mi estancia
y la piedad te incita a curar mi condena
cubriendo de vendajes el dolor que cercena
esta piel de experiencias sin restos de fragancia.
Adicta a la ilusión, la vida me cautiva
con argumentos firmes que acallan mis errores
y disculpan amables un pasado imperfecto.
Porque tu voz es fértil y siempre me motiva,
me urge declararte señor de mis honores,
compañero del alma al que adhiero mi afecto.
Poema de Vicente Antón Vives:
sin miedo a equivocarme entre diez mil miradas
y tus versos me invitan al son de las campanas
a repetir tu nombre y a soñarte despacio.
No es la benevolencia lo que impele mis labios
porque no necesitan aliento tus palabras.
Lo que forja el acero que afila tus espadas
es el amor que aflora de tu vientre a tus manos.
Nada puede inferirte un gesto inusitado
y guardas en tus versos la bondad de tu cuerpo
segando lo que siembras. De amar amor recibes.
Convertido en amigo me arropo entre tus brazos
para ahuyentar al frío que habita en el invierno
de esta vida que vivo y que en la muerte insiste.
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